miércoles, 30 de julio de 2014

"El noviazgo es para casarse." MEN#5



Este mito está muy arraigado en el evangelicalismo. Es cierto que el noviazgo es, o debiera ser, un preparativo para el matrimonio; pero enseñar que toda relación de noviazgo que se entabla es para casarse, es demasiado. Al hacerlo se carga a la pareja con una presión casi insoportable.

Si iniciar un noviazgo es ya todo un reto (confiar en otra persona, abrir tu corazón y externar tus emociones y sentimientos, vencer inseguridades y/o traumas, combatir el egoísmo, etc.), ahora hacerlo pensando en que “el noviazgo es para casarse” crea ilusiones desastrosas. ¿Cómo puede una pareja iniciar un noviazgo con la carga de tener que casarse? Es horrible. Este mito se difunde en gran medida por las predicaciones de los pastores o autores de libros que, aunque tienen buenas intenciones, dan malos concejos. Así he escuchado predicaciones que casi condenan los noviazgos que no concluyeron en matrimonio o también he leído libros que lo hacen, como el afamado Le dije adiós a las citas amorosas de Joshua Harris.

El problema es el siguiente: A los jóvenes les han lavado el cerebro con la frase "el noviazgo es para casarse." Piensan: "Si empiezo un noviazgo es para casarme", así que se esperan y esperan hasta conocer a la pareja que cumpla con todas sus expectativas (un gran porcentaje de los varones y mujeres dentro del evangelicalismo entablan un noviazgo tardiamente esperando aquella pareja ideal; se casan ya pasados los 30 años,  ¿será este un indicador de la amplia difusión de estos mitos evangélicos?). Bueno, ¡al fin, al parecer la encuentran! Se hacen amigos y luego novios, con la meta desde ese momento de convertirse, eventualmente, en un matrimonio. ¡Ah!, pero resulta que se dan cuenta que no son compatibles, que él, o ella, no es quien creía que era. Terminan, rompen su noviazgo. ¿Y la enseñanza recibida y machacada en sus cerebros y corazones año tras año, congreso tras congreso, campamento tras campamento? Pues allí sigue. Por un lado, los “ex” se sienten de lo peor, pues de acuerdo a lo que les han dicho, le han fallado a Dios, han fracasado, no han llegado a la meta de su noviazgo. Por otro lado, la iglesia –el pastor, los diáconos, la congregación, la familia del o la ex– tacha al joven o a la chica por su ruptura; en algunas iglesias les hacen pasar por un tiempo de “restauración y sanidad” monitoreándolos a ver si por fin entienden que “el noviazgo es para casarse”. La presión de este mito entonces se hace más pesada para su siguiente noviazgo, les invade el pensamiento: “Ahora sí, con este –o esta- me caso.” Inician un noviazgo con esas expectativas incrementadas, la presión ahora mayor sumada a los problemas comunes de una relación termina por reventarla. Rompen. Las críticas de la iglesia para los jóvenes no se hacen esperar, ahora al joven lo hacen sentir que es un mujeriego y a la chica que es una cualquiera. El mito se va fortaleciendo a medida que se entabla otra relación. Y este ciclo se repite quién sabe cuántas veces.

La ilusión, la expectativa de cumplir con el mito, los sentimientos de culpa, la tristeza, se magnifican. Les restriegan que “en cada relación das una parte de tu corazón”, el joven, o la chica, piensa y siente que su corazón está roto, hecho añicos y ahora incompleto. Harris se atreve a decir que cuando llega el día de la boda, es como si al lado del joven o de la chica que se casa, estuvieran todas sus novias o novios, que ¡es como si se casaran también con las exparejas! Con razón tanto problema en los noviazgos evangélicos. Lo más grave y triste es que varios ceden ante la presión de este mito, ya sea desde su primer noviazgo o algunos cuantos después; se casan a pesar de que no se sienten bien con la relación, con la pareja, sólo por ser "obedientes" o para no quedar mal en la iglesia. Y si ya estando casados logran evadir el divorcio, vivirán sabiendo en lo más profundo de su corazón que se equivocaron. Qué lamentable.

Hacerte novio o novia de alguien con la ilusión de que te casarás con ella o él, es precisamente eso, una ilusión. ¿Por qué? Porque simplemente no conoces lo suficiente a la otra persona como para decidir si te casarás con ella; no es realista. ¿Significará ello que puedes tener varias novias o novios? ¿Será entonces que puedes iniciar un noviazgo vez tras vez sin compromiso alguno? No. El noviazgo no es para casarse, sino para saber si esa relación es apropiada para ser un matrimonio, y por lo tanto, requiere que seas responsable en todo noviazgo. Implica que debes cuidar a tu pareja, incluso de esas ilusiones, que la protejas de ese mito evangélico.

domingo, 13 de julio de 2014

Cómo identificar cuasijudaizantes


Algunas aclaraciones previas: Soy más mexicano que los nopales. No soy católico romano ni evangélico ni protestante ni pertenezco a ninguna denominación, simplemente soy cristiano. Tengo amigos judíos que creen en Cristo Jesús. Tengo familiares que han dedicado gran parte de su vida al servicio al Señor compartiendo el evangelio de Jesucristo al pueblo judío en México. Incluso tengo familiares judíos que también creen en Jesucristo. El evangelio es "poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego" (Ro. 1:16); el evangelio es para todos, y en Cristo "ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Ga. 3:28). 

Lo que escribo a continuación se debe a que algunos amigos míos, mexicanos también, que en algún momento profesaron su fe en Cristo Jesús, se han vuelto a un cuasijudaísmo. He visto como su conversión ha sido gradual a lo largo de casi un año y ahora alientan a otros a hacer lo mismo. Escribo esto con gran pesar por los cristianos que se han dejado arrastrar por no estar firmes en la fe y también con coraje contra esos falsos maestros que los han engañado con su supuesto conocimiento superior igual que lo hicieron aquellos judaizantes en Galacia. El Apóstol Pablo escribió su carta a los gálatas cristianos debido a que habían aceptado a maestros que los perturbaban y querían pervertir el evangelio de Cristo (1:7), que los habían fascinado (3:1), que los estorbaban para que no obedecieran la verdad (Ga. 5:7), y los persuadían con sus enseñanzas (Ga. 5:8). De manera similar hoy tenemos pseudojudaizantes entre nosotros, en las iglesias. 

Por ello, apunto algunas características de estos falsos maestros y sus enseñanzas corruptas, a fin de que puedas identificarlos fácilmente y no cedas a sus engaños. Pudiera ser que observes unos cuantos aspectos aislados en algún líder y quizá no sea un falso maestro, tan sólo un indocto que ha fallado en estudiar la Escritura; sin embargo, si varias o todas estas características se presentan, cuídate.

  1. No son judíos. A diferencia de los maestros en Galacia que verdaderamente eran judíos, estos que proclaman hoy un judaísmo, no lo son: son cuasijudaizantes (ni eso pueden hacer bien). 
  2. Cambian sus nombres. Reniegan de sus nombres, como Juan, Pedro, María, Carlos, etc. y se los cambian por la pronunciación hebrea o de plano se los inventan: 'Kefas Ben Pedraza', 'Itzjak Hernandez', 'Myriam', 'Dan Ben Abraham', etc. Ya no quieren que los llamen con su nombre anterior sino que se presentan con sus nombres judíos (aunque son pocos los que cambian su nombre legalmente).
  3. Se inventan sus genealogías. Como manera de justificarse, y de jactarse, "indagan" en su historia familiar y resulta que no son zapotecos ni mixtecos ni aztecas ni mayas sino judíos sefaradí o asquenazí, según sea su aspiración, por algún antepasado.
  4. Usan kipá o yarmulke para hacer notar que son judíos, incluso algunos se dejan crecer la barba larga (si acaso les sale) o bucles, pe'ot.
  5. Al leer o citar la Biblia emplean los nombres hebreos. Por ejemplo, ya no se refieren a Dios sino a Adonai (Señor) o Ha Shem (El nombre); si escriben en inglés ponen G-d, o en español, D-os, supuestamente por lo sagrado del nombre de Dios. No dicen Pablo sino Shaul; ni Pedro, sino Kephas; ni Santiago sino Yacob, etc. En vez de Jesucristo dicen Yeshúa ha Mashiah, ¡incluso dicen que ese nombre en español "es un nombre blasfemo"!
  6. Denuncian que las Biblias en español son corruptas. Alegan y alegan que las traducciones son incorrectas, incluso blasfemas, distorsionadas por los cristianos a lo largo de la historia.
  7. Insisten en que los originales del Nuevo Testamento fueron escritos en hebreo. Según ellos los manuscritos que se tienen en griego son meramente traducción, por lo que "debemos regresar a las raíces hebreas". Así se da paso a todo tipo de especulaciones, tal es el caso de su sacrosanto libro llamado El código real, que es, según ellos, el texto original del NT.
  8. Hacen énfasis en la Torah. Aunque siguen empleando el NT, con sus propias versiones e interpretaciones, basan mayormente su enseñanza en la Ley, el Pentateuco.
  9. Cambian los días de reunión de domingo al Shabbat. Argumentan que el día domingo fue impuesto como el día de reunión cristiana por Constantino, que "es el día dedicado al Sol Invicto", por lo que deben reunirse los sábados, guardar el Shabbat.
  10. Introducen elementos judíos al culto. Tales como la bandera de Israel, la menorah o candelabro de siete brazos, el shofar o cuerno ceremonial, algunos emplean el tefilín  filacteria, se cubren la cabeza, y se emocionan con dizque danzas judías, etc.
  11. Intentan guiarse por el calendario judío. Dicen que "el calendario gregoriano es una imposición del Imperio Romano" (casi todo es culpa de Constantino). Así deben llevar el calendario hebreo.
  12. Dejan de celebrar fiestas que consideran paganas. La Navidad, por ejemplo; su principal argumento es que se trata de la Saturnalia, que el árbol de Navidad viene de una celebración cúltica babilónica, y que Yeshua ha Mashiah no nació en diciembre sino en Sukot, la fiesta de los Tabernáculos o Tiendas, entre septiembre u octubre; sin embargo, no celebran ni recuerdan en ninguna fecha la encarnación del Hijo de Dios. Algunos dejan de lado otras fiestas como los cumpleaños, pues según ellos no importan y menos han de celebrarse puesto que se basan en el calendario gregoriano y no en el judío; otros rechazan y tildan de inválidos los enlaces matrimoniales civiles o por la iglesia católica o cristiana, pues no se apegan al modo judío (además desprecian el noviazgo pues "en la Escritura solo se habla de desposorios").
  13. Celebran fiestas judías. Como parte de su anhelo de ser judíos celebran, sin saber bien cómo, las fiestas del pueblo judío (Pesaj, Hanukkah, etc.).
  14. Obligan a sus seguidores a que guarden la Torah. Desprecian y rechazan la gracia de Dios al obligar a que se cumpla la Ley.  Agregan, como los gálatas, la "y", las obras de la carne: "Cristo y la Ley", y así se quieren justificar por las obras de la ley, pero ello no los justifica (Ga. 2:16) e incluso se encuentran bajo maldición (Ga. 3:10).
  15. Sin embargo, pocos se circuncidan. Uno de sus errores garrafales es que imponen la Ley pero no se someten a la circuncisión, que es la señal del pacto, de pertenecer al pueblo judío (Gn. 17:11-14). Sin la circuncisión todo lo que lleguen a hacer en cumplimiento de la Ley no sirve para nada. Si se llegan a circuncidar están obligados a cumplir toda la Ley (Ga. 5:3). Si se circuncidan y no cumplen con toda la Ley, la transgreden y su circuncisión es vana (Ro. 2:25). 
  16. Finalmente, rechazan a Jesucristo. Después de haber recorrido todo este camino, en su afán de justificarse por las obras de la ley, desprecian a Jesucristo, su obra, su gracia (Ga. 2:21; 5:2-4).
Por ello, junto con Pablo, digo: 
Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema... ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! (Ga. 1:9; 5:12)
Ustedes, amigos y hermanos, cuídense, cuídense de estos falsos maestros que pululan en las iglesias. Sobre todo, conozcan la Escritura, profundicen en ella, pues así la verdad evidenciará la mentira de aquellas falsas doctrinas, descansen en la gracia de nuestro Señor Jesucristo. 
Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. (Ga. 6:18)

miércoles, 9 de julio de 2014

Nuts



Nuts, o Nutzo Nuts como le gustaba que le dijera, fue la mejor mascota que pude haber tenido. Fueron casi 2 años y medio los que pude gozar de su compañía. Me tenía confianza y le gustaba acostarse así como en la foto, aún si yo estaba cerca; cuando le llamaba, venía hacia mí; aprovechaba cada oportunidad que tenía para explorar el departamento; disfrutaba de sus pepinos comiéndose primero, quien sabe cómo, sólo lo de adentro y luego la cascara; fue juguetón y curioso, también como todo buen roedor, un destructor de cajas y maderas; sus frutas favoritas fueron el plátano y la naranja, y su vegetal favorito, la zanahoria; aprendió a tomar del bebedero por Praliné, y a Mokka le enseñó a subirse saltando a los diferentes niveles de su casa. A mi me enseñó lo que es cuidar, alimentar, proteger y querer a una mascota. Nuts, me hizo comprender mejor la teología de la creación y esperar expectante el cumplimiento de aquellas imágenes proféticas de los cielos nuevos y tierra nueva, el anhelo ardiente de la creación, el shalom de Dios. Por todo, gracias Nuts, mi amigo peludo...