jueves, 21 de agosto de 2014

Lunes de pregunta 4: ¿Qué significa "adorar en espíritu y en verdad" en Juan 4?




En la misma publicación en mi perfil de FB, unos días después Ceci preguntó:

Hola Shel! No es lunes pero hoy leía Juan 4 y me surgió esta pregunta. Que implica adorar al Padre en espíritu y verdad? Gracias!
Respuesta:

El pasaje al que se refiere es Juan 4:23-24, allí leemos:
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Ahora, estos versículos pertenecen a la perícopa donde Jesús habla con la mujer samaritana. Los samaritanos eran descendientes de los judíos que habían quedado del Reino del norte tras la invasión de Asiria y que se habían casado y mezclado con gente de otras naciones (1 Reyes 17-18). Por eso los judíos no los querían, además consideraban a las mujeres samaritanas como inmundas. De manera que Jesús, con el mero hecho de hablar con ella, rompía los prejuicios sociales comunes de su época. Esto se observa en la reacción de la mujer cuando Jesús habla con ella y le pide de beber: 'La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?' El evangelista explica: 'Porque judíos y samaritanos no se trataban entre sí' (v. 9).

Jesús le responde invitándole a que ella le pida a él de beber, pues el agua que él ofrece sería 'una fuente de agua que salte para vida eterna' (v. 10-14). Jesús entonces confronta el pecado de la mujer, pero ella trata de desviar la atención de sí hacia argumentos, digamos, teológicos: 'Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar' (v. 20). El monte al que se refiere es el monte Gerizim, donde los samaritanos, hacia el siglo IV a.C., habían construido un templo que posteriormente fue destruido por Juan Hircano; y en Jerusalén se encontraba el Templo judío. Por eso Jesús le dice que ni en uno ni en otro lugar se adorará al Padre (v. 21), enfatiza que 'la salvación viene de los judíos' (v. 22), y entones es cuando expresa los versículos en cuestión (v. 23-24).

Podemos entonces observar lo siguiente de acuerdo a Barret:
Jesús lleva a plenitud todo lo que ofrecía el culto del Antiguo Testamento. Y si lo realiza así, es porque Dios es Espíritu, y Jesús comunica ese Espíritu (que es "agua viva"), proporcionando de esa manera el instrumento y el vehículo del verdadero culto.
La mujer entonces se va y cuenta lo que ha visto y escuchado. Otros samaritanos de la ciudad creen en Jesús, él se queda allí enseñando otros dos días y muchos más creen en él (v. 25-42). 

Entonces el adorar en espíritu y en verdad sólo es posible por el 'agua viva' que Jesús da: el Espíritu Santo que sería la 'fuente de agua que salte para vida eterna' (v. 14). Sólo así es posible adorar en espíritu y en verdad; dicho de otro modo, todo el que cree en Jesucristo adora a Dios en espíritu y en verdad. La adoración no está restringida entonces a un lugar determinado ni a una nación única ni a un solo género. La salvación, la vida eterna es ofrecida por Jesús a todos los que creen en él, y es así que se puede adorar a Dios Padre.

martes, 19 de agosto de 2014

Lunes de pregunta 4: ¿Todas las promesas en la Biblia son para nosotros?




¿Por qué decidí dedicar los lunes a contestar preguntas? La razón es que de todos los maestros que tuve tanto en Río Grande Bible Institute (Texas, E.U.A.) como en el Seminario Teológico Centroamericano (Guatemala, Guatemala), son muy, muy, pero muy pocos los que contestan mis preguntas, comentarios o correos... Me es molesto que a la hora de consultarlos me ignoren (aparece la mugrosa notificación de que el mensaje que envié fue "visto" pero no responden) o me digan que lo van a investigar y nunca lo hacen... Bueno, pues por eso, a fin de no ser como la gran mayoría de ellos, les dejo este espacio en mi muro de Facebook: los lunes de pregunta. 

La última pregunta que recibí fue la siguiente:
¿Todas las promesas que hay en La Biblia se puede considerar que son para nosotros? O se trata de promesas específicas que Dios hizo a Israel como Su pueblo. Pregunto esto, porque actualmente venden Biblias con ediciones de promesas y pareciera que meramente se trata de fines de lucro. Saludos. Buen lunes.
Respuesta:

¡Hola, hola! Otra pregunta muy puntual. Pues las promesas que hallamos en la Escritura deben ser interpretadas en su propio contexto. Esta es una regla para comprender bien el mensaje de la Escritura, como reza aquel refrán: "Un texto fuera de contexto es un pretexto." Tenemos que tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento hay promesas exclusivas para el pueblo judío o para grupos o personas en particular, y también estas tienen sus "letras chiquitas", es decir, tienen clausulas condicionales. Por ejemplo, una de las "promesas" más difundida es la que encontramos en el Salmo 91:1:
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
Y por lo general, se piensa que uno está protegido de todo mal, incluyendo la protección de los espíritus malignos, ¡incluso hay quien tiene en su casa una Biblia abierta en este pasaje a modo de amuleto! Sin embargo, el inicio del pasaje expresa la condición de la "promesa". El que mora "bajo la sombra del Omnipotente", es, y sólo es, "el que habita al abrigo del Altísimo." Ahora entonces viene la pregunta ¿quién es el que habita al abrigo del Altísimo? Se trata de aquél que confía en Él. Pero ¡ojo!, como se explica también en Eerdmans Commentary On The Bible:
Sin embargo, la afirmación de que Dios ofrece completa protección no concuerda con todas las realidades de la vida, pues estas a veces son peores para aquellos que confían en el Señor que para los incrédulos (por ejemplo el Salmo 73 plantea este problema). Por lo tanto, el Salmo 91 no debiera interpretarse como una promesa literal e incondicional de que nada malo sucederá a quienes confían en el Señor. En su lugar, el Salmo debiera ser visto como un texto de sabiduría didáctica que busca persuadir al lector a confiar en el Señor en toda circunstancia.
Entonces debemos cuidarnos de aplicar sin escrutinio esas "promesas". Ahora, lo de La Biblia de promesas, puede ser una mera manera de vender el producto. Lamentablemente así es con las muchas otras Biblias que ya hay para todo gusto: de piel, de mezclilla con o sin cierre, plastificadas, con portadas intercambiables o con protección de metal; con el canto dorado o plateado; de tamaño bolsillo hasta extragrande; de hojas finas o recicladas; para varones, para mujeres, para adolescentes, para el niño, para la niña (así, como lo anunciarían los vendedores del metro: "¡llévele, llevéle, el regalo de moda, de calidad..."); comentadas por John MacArthur, ¡o por Marcos Witt!, incluso salió recientemente The Forever Bible:


En fin, podrán ser muy bonitas y muy llamativas, pero lo importante es leerlas e interpretarlas bien.

Lunes de pregunta 3: ¿cómo se formó el canon bíblico?



Mi buen primo Rubén me envío esta pregunta:
Primo, ¿cuál fue el criterio humano para considerar que un libro fue "inspirado" por Dios y algunos otros que se mantuvieron como apócrifos (Enoc, por decir algo) no? Gracias.
Respuesta:

¡Oh, buena pregunta! El texto bíblico que actualmente se tiene se le llama canónico, así se habla del 'canon bíblico' o 'canon de las Escrituras'.

Primero, es necesario precisar el término 'canon': 
  1. Proviene del semitismo (sem.) kaneh que hacía referencia a una vara para medir y luego significó una medida determinada, de 52.5cm (por ejemplo, Ezequiel 40:5).
  2. En griego (gr.) kanon tenía el significado de modelo, ya no solamente la medida. Se aplicaba por ejemplo a la estética, el modelo era lo bello, así en el arte o la gramática. En la ética, el modelo era lo bueno, la moral como ley o autoridad, o lo verdadero.
  3. Finalmente, estos elementos son incluidos en el sentido netamente cristiano del término 'canon'. Pasa al ámbito de lo religioso (por ejemplo, en Gálatas 6:16 encontramos el término 'regla' que traduce el griego 'canon'; así también en 2 Corintios 10:13, 15). Este proceso en el significado va dar lugar al concepto cristiano de 'canon' el relación a los libros sagrados.

Del primer siglo, tenemos una mención interesante del término en 1 Clemente a los corintios 7:2:
Por lo tanto, abandonemos las preocupaciones vanas y necias y recurramos a la gloriosa y venerable regla [= canon] de nuestra tradición.[1]
Lo cual ya va conjuntando los conceptos de canon y tradición. Posteriormente, con Ireneo de Lyon, entre el 180-190 d.C., en su obra Adversus Haeresis o Contra los herejes. Exposición y refutación de la falsa gnosis se empieza a desarrollar el concepto de canonicidad. Durante estos años no existía un canon oficial, por así decirlo; aunque se conocían, claro está, las Epístolas y los Evangelios (todos los escritos del Nuevo Testamento). Bueno, pues surgió unos años atrás, casi a la mitad del siglo II (130 d.C. aproximadamente) un movimiento sincretista, una mezcolanza de religiones orientales, específicamente el dualismo persa arropado con terminología cristiana, llamado gnosticismo. Uno de sus principales exponentes fue Marción. Este personaje gnóstico oponía el Nuevo Testamento (NT) al Antiguo Testamento (AT), creía, y enseñaba, que uno era el Dios del AT, Yahweh, malo, violento, iracundo, y otro era el Dios del Nuevo Testamento, Dios Padre, bueno y amoroso; también era antisemita, pues en su pensamiento, los judíos habían matado a Jesús (que para él era una emanación de Dios, un iluminado, mas no Dios) y habían distorsionado sus enseñanzas. Por eso, a Marción se le ocurrió formar su propio canon: Despreció el AT, así como los Evangelios de Mateo Marcos y Juan; sólo se quedó con el de Lucas (quien era helénico) mutilado, y algunas de las Epístolas que, según él, depuró, quitando todo aquello con olor a influencia judía y, por supuesto, todo lo que no cupiera en su esquema teológico. Ireneo de Lyon entonces respondería ante esta cuestión en Ad. Haer. I. 9,4, después de indicar cómo los gnósticos elaboraban su melcocha de falsas doctrinas a partir de las mismas Escrituras, pone un ejemplo de interpretación de Homero, escribe que quien:
Volviendo a poner cada uno de los versos en el sitio del libro que le corresponde, hará pedazos el argumento en cuestión. De manera semejante quien conserva inquebrantable la Regla [= canon] de la verdad que recibió en el bautismo, reconocerá los nombres, los dichos y las parábolas tomados de las Escrituras, pero no sus teorías blasfemas. Reconocerá las piedras del mosaico, pero no aceptará que la figura de la zorra sustituya el retrato del rey. Volviendo a colocar las palabras en su propio orden y en el contexto del cuerpo de la verdad, dejará al desnudo las creaciones que ellos han fantaseado y probará su falta de consistencia.[2]
Con esto se va observando que la 'Regla de la verdad' o el 'canon de la verdad' mencionado por Ireneo está íntimamente relacionado con la plena enseñanza escritural, esto es la fe (como el conjunto de la doctrina cristiana). Luego en Ad. Haer. I. 10,2 expresa:
Como antes hemos dicho, la Iglesia recibió esta predicación y esta fe, y, extendida por toda la tierra, con cuidado la custodia como si habitara en una sola familia. Conserva una misma fe, como si tuviese una sola alma y un solo corazón (Hch. 4:32), y la predica, enseña y transmite con una misma voz, como si no tuviese sino una sola boca.[3]
A partir de entonces se empieza a gestar el establecimiento del canon que la Iglesia en comunión proclama. Hacia el siglo IV (360 d.C.) el Concilio de Laodicea ya expresaba:
Que no conviene sean leídos en la Iglesia ciertos salmos privados y vulgares, ni libros no canónicos, sino sólo los canónicos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. (canon 59)
Así, hablar de libros canónicos es hablar de libros "auténticos o verdaderos tenidos por sagrados".

En segundo lugar, y ya contestando de lleno tu pregunta el proceso del establecimiento del canon lo resume de manera excelente Báez-Camargo:
  1. Los propios creyentes, según derivaban mayor o menor edificación de lo que leían, y en el grado en que sentían y experimentaban su inspiración y autoridad. 
  2. Por la lectura, que se iba haciendo más usual, de algunos de ellos en los cultos, con exclusión de otros.
  3. Por los dictámenes de los obispos que iban, en casos aislados y particulares, autorizando tales o cuales libros y negándoles su autorización a otros.[4]
De esto, es necesario recalcar que el canon no fue establecido por una élite de obsipos, ni mucho menos por Constantino (pues algunos detractores del cristianismo creen esto sin conocer la historia). No se trató de una imposición, sino, al contrario, de la expresión de fe en la comunión cristiana guiada por el Espíritu.

Para darnos una idea más clara de esto, remontémonos a aquellos primeros años. Supongamos que tú eres un judeocristiano de la comunidad palestinense, eres de la segunda o tercera generación de cristianos, pensemos que vives por el año 120 d.C. El cristianismo ya se ha expandido a lo largo y ancho del Imperio. En tu comunidad les llega la noticia de que en alguna comunidad de Asia Menor tienen unas cartas del Discípulo Amado y saben también de unas epístolas del Apóstol Pablo en Roma. Como tú junto con tu Iglesia quieren leer lo que estas cartas dicen, les piden a aquellas iglesias que les envíen esas cartas, así que esas otras comunidades comienzan a hacer copias para mandarlas. Poco a poco entonces se forman copias de aquellos escritos, las iglesias intercambian los Evangelios y Epístolas. Pero también hay circulando por ahí otros escritos; entre ellos gnósticos (como por ejemplo, el Evangelio de Felipe o el Evangelio de Tomás), pero también otros formados por creyentes piadosos pero poco informados o desinformados (como el Protoevangelio de Santiago), o las cartas de los Padres de la Iglesia, líderes cristianos que conocieron a los Apóstoles y escribieron resguardando la enseñanza o fe cristiana (como la Carta de Clemente de Roma a los Corintios -citada arriba-, que por cierto, fue incluido entre algunas de las primeras listas del canon, o siete cartas de Ignacio de Antioquía, o la Carta de Policarpo de Esmirna a los Filipenses), o también homilías (como La Didajé que recopila varias instrucción para la Iglesia) o literatura apocalíptica (como el Apocalipsis de Pedro o El Pastor de Hermas, que también se encontraba en algunos cánones). En fin, había varios escritos circulando entre las iglesias; bueno pues tú como buen cristiano, guiado por el Espíritu Santo, te vas dando cuenta de las diferencias y similitudes entre la doctrina de los textos; vas discerniendo, aceptando algunos y rechazando otros. Así fue con otros cristianos y otras comunidades, hasta que por fin el consenso de los cristianos expresado en los concilios llegó a establecer el canon de las Escrituras.

Finalmente, entre Biblias Católicas y Protestantes solamente hay diferencias en el AT. El AT (o la 'Tanak') escrita en hebreo y arameo fue traducida al griego cuando el pueblo judío se hallaba ya bajo los griegos y luego romanos; a la traducción se le conoce como La Septuaginta (o 'de los setenta' y se abrevia LXX). La LXX incluía otros textos que se sabe fueron escritos en griego y no en hebreo. De ellos son los que tenemos en las ediciones católicas: Tobías, Judit, Ester, 1 y 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico. De manera que las Biblias protestantes se basan en el canon hebreo (llamado primer canon) y las Biblias católicas en el canon griego (segundo canon, por eso a aquellos escritos se les conoce como 'deuterocanónicos'). El NT es exactamente igual.

  1. Clemente de Roma. Carta a los corintios. Homilía anónima (secunda clementis). Ed. Juan José Ayán Calvo. Madrid: Editorial Ciudad Nueva, 1994.
  2. Ireneo de Lyon. Contra los herejes. Exposición y refutación de la falsa gnosis. Ed. Carlos Ignacio González. México, D.F.: Conferencia del Episcopado Mexicano, 2000.
  3. Ibíd.
  4. Baez-Camargo, Gonzalo. Breve historia del canon bíblico. México D.F.: Editorial CUPSA, 1992; p. 133.

Lunes de pregunta 2: ¿Por qué el relato de la resurrección es diferente en los 4 Evangelios?




En esta ocasión, Erick pregunta:
...porq el rlato de la resurreccion es diferente en los 4 evangelios. Eso se lo oi a un ateo.
Respuesta:

La pregunta es interesantísima, sobre todo de quien viene pues, como dice Erick, es un argumento muy común entre aquellos que se llaman a sí mismos "ateos".

Primero, regreso la pregunta: ¿Si los cuatro Evangelios dijeran exactamente lo mismo, lo creerían? ¿O su reacción sería la misma de incredulidad? Este argumento clásico es tan sólo una excusa para decir: "Por eso no creo". Cuando lo cierto es que no quieren creer por otras razones mucho más personales.

Segundo, los Evangelios son testimonio de los hechos. Por ello, en el estudio de los escritos a ellos se les llama 'testigos'. Ahora, pensando en esto, pongamos un ejemplo: Se lleva a cabo un juicio respecto a un homicidio. Hay cuatro testigos que conocen el asunto. Son llamados al estrado. Entonces comienzan las indagaciones y cada uno da su testimonio. El resultado es que cada uno da un aporte que difiere del resto. Sin embargo, cada declaración apunta a un único y mismo suceso. Así, de los cuatro, se obtiene un panorama más abarcador de la situación y se constata lo ocurrido. De modo distinto, si los cuatro dieran exactamente la misma versión, más que proveer información del hecho, levantarían sospechas de que han sido preparados, es decir que se han puesto de acuerdo y falsificado su testimonio. 

Ahora bien, los Evangelios narran el mismo suceso, en este caso hablamos de la resurrección. Pero debemos recordar que estos Evangelios fueron escritos en diferentes lugares y tiempos, que cada autor tiene un propósito específico, una audiencia en particular así como una teología propia, y que los evangelistas recurrieron a fuentes y tradiciones distintas. Con todo, guiados por el Espíritu relatan el mismo hecho. Carlos Ignacio González lo explica de la siguiente manera:
Los evangelistas escribieron para diferentes comunidades, y en circunstancias distintas. Es natural que adaptaran a ellas su teología. Pero a su vez ello había recibido las múltiples tradiciones que se habían ido formando por la predicación apostólica. Este hecho nos presenta la enorme riqueza de teología verdaderamente bullente que el Espíritu de Dios había inspirado en toda la Iglesia. Encontramos tradiciones teológicas, por ejemplo, más propias de la comunidad judeo-cristiana por un lado, y helenístico por otro. Pero no opuestas, aunque sí diversas, y que mutuamente se enriquecían... Los cuatro evangelios pretenden un mismo fin: la proclamación de la fe apostólica en el acontecimiento salvador de Jesucristo, fundamentada en los hechos y palabras del Jesús terreno. Todos ellos son o bien testigos inmediatos de la resurrección, o intérpretes de dichos testigos (cf. Lc. 1:2; Jn. 21:24). Están unificados en una fe objetiva e histórica, y en su interpretación salvífica.[1] 



  1. González, Carlos Ignacio. Él es nuestra salvación. Cristología y soteriología. México, D.F.: CEM, 1998; p. 237:

lunes, 18 de agosto de 2014

Lunes de pregunta 1: ¿cuál es el rol de la mujer en la Iglesia?



Hace poco me di a la tarea de responder preguntas de mis contactos en Facebook acerca de la Biblia, la teología, la historia de la Iglesia y su relación con la sociedad en la que vivimos. Así que aquí iré publicando también las preguntas que me enviaron con sus respuestas. De igual modo si tienes alguna interrogante puedes publicarla los lunes en mi muro de FB

Esta fue la primer pregunta realizada por Betsy:
...cual es el rol de la mujer en la iglesia?, y que es lo que realmente esta haciendo la mujer en la iglesia actualmente? Esta pregunta me surge por que como muchos de ustedes saben quiero ir a USA a servir a migrantes latinos indocumentados, al ser mujer a veces me siento agobiada no pq no me sienta capaz de hacer ciertas cosas, mas bien por que siento q nuestro rol esta un poco rezagado y temo que no me den la oportunidad de por ejemplo tratar con hombres migrantes, pues he escuchado q practicamente una mujer debe limitarse a enseniar a otras mujeres, esto pq como una mujer puede ensenar a un hombre?, por q una mujer tiene q cuidar su corazon, y tiene q cuidarse de no ser d tropiezo a otros hermanos. Espero ser clara en mi pregunta. Gracias!!!
Ah y creo firmemente que la mujer desempenia un papel importante en el cuerpo de Cristo, al igual que el hombre, sin embargo siento que existe division sexual, es decir ql hombre hace labores correspondientes a su sexo y la mujer respecto al suyo. Es asi o es mi imaginacion? Jajaja. Saludos 
Por un lado, es cierto que en la Iglesia se ha institucionalizado acorde a los evidentes prejuicios socioculturales respecto al varón y la mujer, sufriendo ellas mayormente las consecuencias. Por otro lado, gran parte de la causa de que esto sea así, es una interpretación errada de la Escritura. Sí, es un hecho, las mujeres cristianas se enfrentan, lamentablemente, a la discriminación.

Para poder comprender mejor la cuestión es imperativo considerar aspectos:
  1. La imagen de Dios en el ser humano (Génesis 1: 27): tanto el varón como la mujer son creados a imagen de Dios. El valor intrínseco tanto de uno como de otro no consiste en su sexo sino en la imagen de Dios en ellos. Esto implica que ambos comparten la bendición de Dios así como el señorío sobre la creación (Génesis 1:28), de manera que hombre y mujer tienen el mismo derecho y deber, los dos son responsables por igual ante Dios.
  2. La obra de Cristo por la humanidad (Gálatas 3:28): 'Ya... no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.' El Apóstol Pablo expresa que toda barrera que pudiera estar presente, ya ha quedado superada por la obra de Jesucristo (nótese lo otros contrastes: 'ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre').
  3. El bautismo del Espíritu Santo (1 Corintios 12:13): todos los creyentes, tanto hombres como mujeres, han sido bautizados hacia un cuerpo, la Iglesia. Son miembros del cuerpo de Cristo. Tienen por tanto una función en particular qué realizar, y para ello han recibido dones de parte del Espíritu: 'hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo' (1 Corintios 12:4), y es el mismo Espíritu Santo quien otorga esos dones 'repartiendo a cada uno en particular como él quiere' (1 Corintios 12:11).
Entonces, no es la propia Iglesia o los varones o las mismas mujeres quienes deben establecer -o limitar- la función (rol o papel) de unos o de otros. Es el Espíritu Santo quien da los dones necesarios para que cada uno sirva a Jesucristo para gloria de Dios Padre. Catalina F. de Padilla escribe:
La iglesia que reconoce los dones del Espíritu Santo en la vida de sus mujeres no debe tener problemas en reconocer también su área de ministerio en la iglesia. Lo que corresponde a la iglesia es proveer el ambiente en que hombres y mujeres, juntos, puedan servir al Señor, en el poder del Espíritu Santo.[1]


Ahora bien, todo lo que se realice en la Iglesia debe ser entendido como servicio; si detrás de ello se encuentra una búsqueda de reconocimiento o de jactancia, entonces su obra no pasará la prueba divina (1 Corintios 3:13-15).

Luego, Rubén hizo un aporte a la cuestión:
Estoy muy de acuerdo con lo que dices, pero ¿por qué 1 Timoteo 2:12 hace notables diferencias en cuanto al rol de enseñar? "Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio". Aclaro que solo es duda 
Lo que nos da la pauta para su interpretación es el tono polémico de la carta: es una fuerte advertencia contra los falsos maestros. 
Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina. (1 Timoteo 1:3ss)
Es en ese contexto en el que nos encontramos con 1 Timoteo 2:12. Como expresa Stanford Orth:
Esta frase y la de arriba (la del versículo 11) sugieren que Pablo supo de un problema específico de desorden y soberbia entre las mujeres cristianas. Posiblemente promovían la falsa enseñanza que se menciona en el capítulo 1. Posiblemente se mostraban agitadas y rebeldes en su relación con los líderes varones de la congregación... Es probable que el problema entre algunas mujeres fue ésta -que querían enseñar la falsa doctrina y no se sometían a la autoridad de los líderes en la iglesia. También su conducta y su modo de vestirse y adornarse manifestaba su falta de sumisión. Es probable que ellas ejercieron dominio sobre los hombres por medio de la enseñanza. Entonces Pablo dice que el no enseñar a los hombres es implícito en no ejercer dominio sobre ellos. Se debe comprender que la exposición de la Palabra de Dios y de la doctrina es un privilegio que trae mucha responsabilidad e involucra una autoridad espiritual en la congregación.[2]


El problema no era tanto de rol, sino más bien de la sujeción evidenciada en la enseñanza que daban. El contraste es entre el enseñar y el escuchar (o aprender). La influencia de los falsos maestros sobre las mujeres en aquella comunidad se puede ver específicamente 5:11-15. El escenario pudo ser el siguiente: Falsos maestros se habían infiltrado a la iglesia, las mujeres viudas recibían su falsa doctrina (nótese el argumento en 2:14 de que "la mujer siendo engañada, incurrió en transgresión") y así mismo, la compartían en la iglesia con el resto de la comunidad. El que la mujer tenía un cargo importante en la Iglesia puede leerse en 3:8-13, el versículo 11 que habla acerca de las mujeres está justo en medio del perfil de los diáconos: esto indica que había mujeres diaconisas en la iglesia. 

Otro aspecto a considerar es que en Efeso se encontraba muy difundido el culto a Artemisa, donde las mujeres participaban activamente como profetizas. De modo que las mujeres cristianas en Efeso pudieron haber traído consigo estas características del culto pagano a la Iglesia. O también por lo mencionado en el v. 9 se trataba de mujeres de alta posición social; en la cultura helenista la mujer iba adquiriendo mayor influencia por lo que aquellas mujeres cristianas tendían hacia un "feminismo", por así decirlo, a lo cual Pablo responde con la sujeción y orden. Sumémosle a ello las falsas enseñanzas que difundían.

Acerca de la sujeción se ha escrito que: 
...cuando el disturbio de la comunidad estaba en cuestión, la meta de la sujeción (y por lo tanto, el establecimiento del orden) era generalmente la recuperación de la armonía.[3]


Por último, el mandato parte de este contexto; es decir, no pretende ser una norma universal. Gordon Fee comenta:
La declaración de Pablo está específicamente relacionada al problema en Efeso. Obviamente el no toma esta posición acerca de la mujer en general (ver por ejemplo, Ro. 16:1-3; Fil. 4:2-3).[4]





  1. Padilla, Catalina F. de  y Padilla, C. René . Mujer y hombre en la misión de Dios. Lima, Perú: Ediciones Lima, 2005; pp. 63-34.
  2. Citado en Concul, Edwin. Exégesis de las pastorales. Notas de clase. Guatemala: Seminario Teológico Centroamericano, 2010. 
  3. Towner, Phillip H. The Letters to Timothy and Titus. P. 216. 
  4. Fee, Gordon. 1 and 2 Timothy, Titus.

sábado, 2 de agosto de 2014

Un amigo fascinado



Hace casi siete años, cuando estudiaba en Guatemala y regresaba a México, D.F. en vacaciones con mi familia, fue que conocí a Verón (su nombre ha sido cambiado para evitar identificarlo). Él asistía a las reuniones de jóvenes de la ‘Iglesia Semilla de Mostaza’ y teníamos en común varios amigos de allí. En el 2007 nos acompañó a un viaje de servicio a Oaxaca de parte de la organización de jóvenes cristianos ‘Gravedad Zero’. Después de eso le perdí la pista por unos años. Ya viviendo en México y sirviendo en la ‘Iglesia Chilanga’ fue que nuevamente lo vi; llegó un día de visita a saludar, me comentó que ahora se congregaba en la ‘Iglesia Bautista Horeb’. Luego, el año pasado estuvo en una reunión con los jóvenes de ‘Gravedad Zero’. A partir de allí, observé cómo fue presentando cambios radicales y acelerados: Primero comenzó con cuestiones de veganismo, luego se integró a un grupo ambientalista; no tengo ningún problema con ninguno de estos grupos, lo menciono porque con esto iba mostrando su insatisfacción con las iglesias a las que asistía así como la búsqueda de algo con lo cual identificarse. Finalmente, llegó con los pseudo judaizantes. No se cómo fue su contacto con aquél grupo, sólo vi cómo compartía videos, imágenes y frases en su perfil de Facebook con contenido evidentemente judaizante. Verón se dejó fascinar por ellos en un lapso de tiempo menor a un año.
El mes pasado escribí Cómo identificar cuasijudaizantes precisamente por él, y por todos los creyentes que pueden llegar a tener contacto con este grupo que, como escribió el Apóstol Pablo, ‘quieren pervertir el evangelio de Cristo’ (Gálatas 1:7).  Hoy, Verón rechaza la gracia de Dios en Jesucristo. Le escribí contestando una de sus publicaciones donde difunde, a partir de sus ideas judaizantes, la errada enseñanza de que “la salvación se pierde”. Esto es lo que le escribí:
Al contrario, esa enseñanza de la "pérdida de salvación" está errada. La Escritura enseña lo siguiente:
1. Jesucristo da vida eterna: 'De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna' (Juan 6:47; puedes cotejarlo también en Mateo 19:19; Romanos 6:23; 1 Juan 5:11, 13, 20; etc.). Indica que nadie puede arrebatarnos de su mano: 'y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano' (Juan 10:28), incluso quien cree en él Hijo, también está seguro en Dios Padre: 'Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre' (Juan 10:29). Nada puede separarnos del amor de Dios: 'Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro' (Romanos 8:38-39). 
Si se dice que "la salvación se pierde", entonces se niega que la vida que Jesucristo da es eterna. ¿Crees que Jesucristo da vida eterna como enseñan los Evangelios y el resto del Nuevo Testamento? ¿O crees que esa vida eterna no es tan eterna porque se puede perder?
2. La obra de Jesucristo es perfecta. Jesucristo, siendo Dios, obra de manera plena en nuestra salvación: 'por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos' (Hebreos 7:25). Jesucristo no sólo es nuestro Sumo Sacerdote, sino también él mismo fue el sacrificio perfecto: 'Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención' (Hebreos 9:11-12; nótese nuevamente la referencia a lo eterno de esta redención = salvación; y que 'entró una vez vez para siempre' expresa la suficiencia de su sacrificio). También, la Escritura expresa claramente que no puede haber más o mejor sacrificio que el de Jesucristo: 'Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado' (Hebreos 9:24-26; nuevamente refiere a la suficiencia de su sacrificio que fue perfecto: 'una vez para siempre').
De acuerdo a la Escritura, la obra de Jesucristo es perfecta, por lo tanto, si se dice que "la salvación se pierde", lamentablemente, ¡implican que la obra de Jesucristo, su sacrificio, no fue suficiente! ¿Crees que la obra de Jesucristo es perfecta? ¿O piensas que a su sacrificio le faltó algo? ¿Acaso, fue insuficiente el sacrificio de Jesucristo?
3. La salvación que Jesucristo ofrece solamente se recibe por fe: 'para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna' (Juan 3:15-16; la referencia a 'el que cree' indica la fe, pues la fe es creer). Así también se expresa en el resto de la Escritura: 'que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación' (Romanos 10:9-10). Ahora bien, la salvación, la vida eterna, que Jesucristo da es precisa y únicamente porque su obra fue perfecta, su sacrificio es suficiente; el cristiano conoce, confía y confiesa que la salvación la tiene eternamente en virtud de la obra de Jesucristo, no se basa en lo que uno pueda o deje de hacer: 'sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado' (Gálatas 2:16). 
Si se dice que "la salvación se pierde" entonces ya no se cree en Jesucristo para salvación, más bien se cree en uno mismo; en otras palabras, se cree que uno, por obras, debe ganarse la salvación o mantener la salvación. Con eso se desprecia la obra de Cristo, se desprecia la gracia de Dios. Por eso el Apóstol Pablo escribe: 'No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo' (Gálatas 2:21). Si se rechaza la gracia de Dios, la vida eterna en Jesucristo, entonces se confía en las obras. Tristemente sucede lo que Pablo explica: 'Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas' (Gálatas 3:10). Pero precisamente por esto, Jesucristo vino a salvarnos: 'Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu' (Gálatas 3:11-14). Entonces, ¿en qué confías?, ¿en Jesucristo o en lo que tú puedas hacer? 
Por eso es que la enseñanza de "la pérdida de salvación" es errada, falsa, y además peligrosa para quien se la cree. Ese es el problema de los falsos maestros como el del video y los judaizantes: niegan la obra de Jesucristo. Ojalá y pudieras responder las preguntas que te hice aquí. Publicaré esto en tu perfil también puesto que muchos contactos al ver el video podrían seguir aquella falsa enseñanza; aunque si tu quieres puedes borrar mi comentario.
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Obviamente borró mi comentario de su publicación. Me dijo “decidí hacer teshuva”, lo cual es una prerrequisito del judaísmo para salvación, expiación de los pecados, y claro, con ello se desprecia la obra de Jesucristo. Tristemente, Verón fue hechizado o fascinado ‘para no obedecer a la verdad’, como bien lo dice Pablo (Gálatas 3:1). Espero que algún día se dé cuenta de la gravedad de sus actos y crea en el Señor Jesucristo. ¡Cuidado amigos! ¡Cuídense de aquellos falsos maestros que quieren pervertir el evangelio de nuestro Señor Jesucristo!, ‘estén firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres’ (Gálatas 5:1).
Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. Gálatas 6:18