Mientras estuve en el seminario me gustaba dar unas vueltas al campo de futbol y luego hacer pesas en el "gimnasio". Lo escribo entre comillas porque los "gimnasios", en los dos seminarios a los que asistí, eran en realidad pasillos, bodegas o sótanos olvidados, siempre descuidados, algo sucios, polvorientos y con olor a humedad, que constaban de algunos cuantos aparatos destartalados y oxidados, así como de unas cuantas pesas armadas de diferentes sets de equipos. En fin, cumplían con algo de su propósito. Quienes me conocen saben que siempre he sido flaco, pero durante un año que le metí duro a las pesas, una hora en la mañana, 30 minutos en la tarde y hora y media o dos horas por la noche, pude hacer masa muscular y marcarme. Realmente me gustaba ese tiempo de ejercicio, me relajaba mucho y además, cuando levantaba pesas lo hacía sabiendo que iba a ver a Mar en vacaciones y quería gustarle. "Otra por Mar", me decía mi amigo Pay animándome cuando era mi turno de levantar pesas y daba mi último esfuerzo.
A veces hacía ejercicio en silencio y estando sólo oraba por diferentes cuestiones: mi familia, el sustento económico, la iglesia, los estudios, amigos, etc. En otras ocasiones ponía la música que me gusta: punk, ska, reggae, hardcore, etc. Que por cierto, en varias ocasiones me pidieron que le bajara el volumen pues no era del agrado de todos. Me acuerdo que una vez se acercó el 'Consejero de varones' mientras yo platicaba con mi buen amigo David y hacía ejercicio con algo de ska que mi celular tocaba con sus pequeñas bocinas. El Consejero se quedó allí parado y escuchando. Supongo que quería saber que decía la música o buscaba las palabras exactas para decirme que la quitara.
-"¿Es tu celular?" Me preguntó.
-"¿Cómo?" Respondí.
-"Esa música, ¿es de tu celular?" Cuestionó.
Yo ya sabía a lo que iba, pero como no decía las cosas directamente, me interrumpía y me ponía de malas que a cada rato me molestaran con lo de la música, decidí hacérsela cansada:
-"Sí." Le dije.
-"¿Y se le puede bajar?"
Lo mire haciendo una cara de exagerada consternación.
-"Sí." Explicó: "¿Se le puede bajar el volumen?"
Y yo, llanamente le dije:
-"Mmm, Sí." Y seguí levantando pesas. David sólo se me quedaba viendo apenado por el Consejero, pasaron unos cuantos segundos algo tensos hasta que él me dijo:
-"Quiere que le bajes vos."
-"Ah, ya." Dije y apagué la música.
El Consejero salió y nosotros nos botamos de la risa. "¡Vayunco!", me dijo David. Ah, qué cosas, fue genial…
Bueno, regresando al tema, el ejercicio es también una manera de mortificar la carne, de adquirir disciplina. Levantarte a las 5am es batallar contra la pereza y establecer una rutina requiere también determinación. Ese estar adolorido de tanto ejercicio es indicador de que se ha llevado al límite la capacidad física. De hecho, lo que sucede para hacer volumen es que al ejercitarse las fibras musculares tienen micro desgarres o rupturas –es por ello que uno se siente adolorido-, entonces el músculo se regenera y conforme se va repitiendo el proceso, la rutina, hay un engrosamiento de estas fibras musculares lo que da volumen. Otras ventajas son: tener una buena autoestima y sentirse atractivo, mejorar la condición física, fortalecer el sistema inmunológico, es recreativo, energizante y levanta el ánimo. Además sirve para distraerse de toda la carga académica y de otros asuntos, como problemas económicos, de pareja o familiares. Incluso, en el seminario hay quien aprovecha el ejercicio para ligar, a veces podían verse parejitas corriendo o caminando a las 5 am o ya por la noche, aprovechando bien el tiempo.
Seguro habrá quien me salga con que "el ejercicio para poco aprovecha", citando 1 Timoteo 4:8, tergiversando el texto bíblico a partir de una interpretación dualista. Pero para interpretar bien el pasaje es necesario comprender lo que el versículo dice en su contexto:
Lo primero es que: "Su declaración en la primera parte del enunciado no es un menosprecio del ejercicio corporal sino una afirmación de que tiene algún valor." [1] Segundo, "el Pastor usa una apelación retórica para aventajar, una táctica común en retórica deliberativa, para subrayar la importancia de la piedad." [2] Además, el punto que trata aquí no es el ejercicio en sí, la mención que hace de él se debe a la metáfora empleada. El objetivo es contrastar la 'piedad' con los "mitos funestos y propios de viejas" (v. 7):
En contraste con los mitos impíos y cuentos de viejas, que promueven especulaciones y no tienen nada que ver con la piedad genuina, Pablo urge a Timoteo a dedicarse vigorosamente a lo último. Al hacerlo, cambia las metáforas –de la crianza (v. 6) al atletismo: entrénate (gymnaze) para ser piadoso (eusebeia). El punto de Pablo es que, como el atleta, Timoteo debe mantenerse en entrenamiento vigoroso para la práctica de la piedad genuina… Habiendo usado la metáfora de entrenamiento físico, Pablo, de manera típica, se detiene a reflexionar en la metáfora misma por un momento. Hay otro tipo de entrenamiento, dice, el entrenamiento físico (gymnasia), que es de algún valor. [3]
Por tanto, la razón por la cual escribe sobre el ejercicio "es por la metáfora misma." [4] Su objetivo es que Timoteo se ejercite en la piedad.
El problema de interpretación se halla en el dualismo que algunos tienen. Este dualismo, característico del evangelicalismo es: 1) ontológico, algunos creen que "lo espiritual" es lo mejor y desprecian lo físico ο lo material; y/o 2) temporal, hacen una división entre el futuro y el presente, piensan que "allá en el cielo las cosas serán mejores" despreciando el presente o ajenos y apáticos a lo que ocurre en la tierra. Estas ideas se refuerzan por una mala comprensión de lo que continúa diciendo el pasaje:
Sobre esto es necesario señalar que: "Dada la inherente unidad en el concepto de vida asociada con la promesa de Dios (ambos, ahora y por venir), es improbable que Pablo esté distinguiendo rígidamente entre la vida física ("ahora") y la vida eterna o espiritual ("que vendrá"). [5] De manera que al practicar la piedad "entonces se obtiene de ella verdadero provecho, porque a la verdadera piedad se le ha prometido la vida, en este mundo actual y en el mundo venidero (cf. 6:6, 12ss)." [6] La εὐσέβεια en las epístolas Pastorales "sugiere de diversas maneras una visión global de la religión" y esto sólo a partir de la acción salvífica de Dios. [7] La piedad aquí:
...expresa la genuina fe cristiana –la verdad y su expresión visible. Es esta calidad de la que carecen los falsos maestros. Así, "piedad", aunque es contrastada con el entrenamiento físico, en realidad se encuentra en contraste con los mitos impíos, precisamente porque tiene que ver con la vida, tanto presente como futura. [8]
Entonces, habiendo aclarado que 1) no hay dualismo entre la vida "espiritual" y la "terrenal", 2) no hay dualismo entre el futuro y el presente, 3) no hay ningún problema en hacer ejercicio, 4) no se es más espiritual si no se hace, 5) son varias las ventajas resultado del ejercitarse, y 6) puesto que me dirijo principalmente a quienes planean irse al seminario o ya están en uno y por ende, se espera que estén ejercitándose en la piedad: te recomiendo ampliamente que hagas ejercicio allí.
Si quieres sigue la rutina recomendada en este enlace, pero si en el seminario no cuentan con ningún equipo de pesas, puedes empezar con lo siguiente:
- Calentamiento, caminar 5 minutos, trotar 5 minutos, correr 10 minutos.
- Hacer 15 sentadillas.
- Hacer 15 abdominales con las piernas extendidas.
- Hacer 15 abdominales con las rodillas levantadas y las manos detrás de la cabeza.
- Hacer 15 abdominales como las anteriores pero de manera cruzada, que tu codo derecho toque tu rodilla izquierda y luego tu codo izquierdo toque tu rodilla derecha.
- Hacer 15 lagartijas con las palmas sobre el piso a la altura de los hombros.
- Hacer 15 lagartijas con las palmas sobre el piso a la altura de los hombros pero con las puntas de los dedos en dirección al centro.
- Hacer 15 lagartijas con las palmas sobre el piso a la altura del pecho y los dedos pulgares e índices juntos formando un triángulo.
- Repetir las series de lagartijas pero con los pies elevados sobre algún banco.
- Repetir nuevamente todos los ejercicios, cuanto desees.
Espero que te sirva. Yo confieso que ya no he hecho ejercicio así que necesito imponerme nuevamente una rutina y darle otra vez "una más por Mar" y otra por Ian.
- Lea, T. D. (1992). 1, 2 Timothy, Titus. E.U.A.: B&H Publishing Group. P. 134.
- Collins, R. F. (2002). 1 & 2Timothy And Titus. Louisville, Kentucky: Westminster Jonh Knox Press. P. 122.
- Fee, G. D. (1988). 1 and 2 Timothy, Titus. Grand Rapids, Michigan: Baker Books.
- Ibíd.
- Towner, P. H. (2006). The Letters to Timothy and Titus. Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing. pp. 307-308.
- Fiedler, P. "εὐσέβεια". (2005). Balz, H. y Schneider, G. Eds. Diccionario exegético del Nuevo Testamento. Volumen I. Salamanca: Sígueme. P. 1685.
- Ibíd., 1686.
- Fee.